viernes, 19 de octubre de 2007

Rubgy, palpitando el Mundial 2007


Entrevista a Felipe Contepomi, por Matías Baretta para el Periódico Diagonal.

1 de agosto de 2006

“Los mejores deportistas del mundo tienen algo más que habilidad, garra y destreza”.

El apertura y una de las figuras más importantes de Los Pumas vive en Irlanda donde estudia Medicina y juega para el Leinster. De paso por Buenos Aires, visitó la sede de DiAGONAL donde habló de su vida en el exterior, su familia y, lógicamente, de rugby.

Perfil.
Felipe Contepomi es una de las apariciones más ilustres del Rugby Argentino. No tuvo una tarea nada fácil ya que le tocó reemplazar a un Gonzalo Quesada que venía, por el 2001, bajando su nivel. Pero la diez no le pesó, y su carga positiva junto a su vocación por buscar el ingoal rival le permitieron tener una carrera aún hoy ascendente. Nacido en el Newman, Felipe dio el gran salto a la Premiership inglesa donde compartió cartel en el Bristol junto a Agustín Pichot, uno de los jugadores más representativos de nuestro rugby. Hoy ya en el Leinster de Irlanda y trasladando la carrera de Medicina de la UBA a Dublín, el apertura de Los Pumas nacido el 20 de agosto de 1977 suma 47 presencias con el equipo Nacional, dejando atrás su debut en aquel lejano Campeonato Sudamericano de 1998, frente a Chile.

Entrevista.

¿Cómo se compatibiliza el estudio de una carrera de mucha carga horaria con ser un jugador de rugby profesional?
Obviamente Medicina es una carrera que tiene su gran carga horaria y en un equipo profesional no podés tener 30 médicos, pero sí se da que afuera tengas la estructura para que haya uno o dos que la estudien. En Irlanda, a diferencia de Inglaterra, hay muchos chicos que hacen cursos a la noche, algunos de uno ó dos años. Muchos se van insertando en el esquema profesional y creo que eso es muy bueno porque nunca sabes cuando te podés lesionar (se inclina y toca madera) y es muy difícil estar al 100 por ciento tanto mental como físicamente toda tu carrera o todo el año, entonces hay veces donde podes desviar tu tiempo para alguna actividad que te guste.En ese sentido, Contepomi afirma que en Irlanda hay mucha admiración por los deportistas profesionales que estudian. “Al hospital voy de corbata y camisa. De ahí voy a entrenar y mis compañeros te miran vestido de esa manera y la verdad que sos bien aceptado. Igual, quiero que me distingan por ser jugador y cuando soy estudiante quiero que me reconozcan por eso, por ser estudiante. No quiero ningún beneficio por mi condición de jugador de rubgy”, sostiene

¿Resignaste muchas etapas o cosas para llegar a donde estás ahora?
(Se toma su tiempo y piensa) Resignás mucho. Pero el rugby me dio mucho más de lo que tuve que resignar. Felipe recuerda que cuando tenía 19 o 20 años ya jugaba en Los Pumas, entrenaba todos los días y estudiaba Medicina. “Cada mes o mes y medio nos íbamos con Manuel (su hermano mellizo) de gira como mínimo 10 días; yo estudiaba en la UBA y podía faltar, pero cuando volvía me tenía que encerrar por mucho tiempo para ponerme al día. Fue bastante tedioso”. Pero para él, lo principal es “disfrutar cada etapa”. En ese sentido, siente que fue “un afortunado al que le llegó todo muy rápido”. Sin embargo, afirma. “Hoy lo disfruto más que hace cinco años. Yo era suplente y en el Mundial del ´99 fui parte de un equipo que hizo un clic en la historia. Por suerte me tocó entrar en los últimos tres partidos, unos 20 minutos, pero son distintas etapas, las vas viviendo y te vas divirtiendo”

¿Cambió la responsabilidad de ser Puma tras aquel Mundial del ´99?
Uno individualmente trata de superarse, tanto como persona, jugador o como todo lo que hace en la vida. A mí el conformismo no me gusta, nunca me voy conforme. Pero sí cambiaron algunas responsabilidades porque también estás más expuesto. Pero tenés que asumir esas responsabilidades.

Empezando a palpitar el Mundial que se asoma ¿Cómo se preparan de cara a Francia 2007?
Como nos van a dejar prepararnos (ríe) Creo que Los Pumas, donde me duele lo que está pasando, tiene un buen balance de jugadores. Mezcla de jóvenes que te meten la presión de estar bien y además hay una unidad importante que no lo viví en ningún otro equipo anterior. Si las cosas se hacen bien, como se viene trabajando, se puede hacer un muy buen mundial. Ahora, estamos en una zona difícil que no te permite al error. Es una oportunidad para mirar lo que pasó en el ´99. Tuvimos un recambio bueno y venimos con un sistema donde los chicos jóvenes pudieron dar un buen salto.

¿Cómo es ser el compañero de Agustín Pichot, una persona tan carismática?
Yo soy amigo de Agustín, no del personaje. Lo conozco en serio, viví con él y conozco a su familia. Cuando estuvo mal, estuve al lado y la gente al ver un personaje se olvida que más que personaje es una persona. El problema es cuando está de mal humor, pero Agustín es lo más representativo de nuestro rugby de los últimos años. Es muy positivo para nosotros que el absorba esa presión de ser “mediático”. Cuando vos te exponés, ligás más críticas y a mi me da mucha bronca cuando se dicen cosas de él que no son ciertas. Los dirigentes siempre quisieron transar con los jugadores de manera individual y siempre trataron de buscar a Agustín porque es una persona que atrae. Yo no comparto la idea de que un compañero por exponerse más, gane más que yo o que mi compañero. Si es tu club, hacete cargo y busca que tu representante te haga un buen contrato. Pero con Los Pumas soy más de la idea “socialista”, donde todos debemos ganar lo mismo. Y por suerte tenemos un grupo muy unido. Yo tengo mis amigos ahí como Manuel (Contepomi) y Agustín.

Hablaste de Manuel como un amigo, siendo tu hermano ¿Más allá de compartir muchas cosas con él en el deporte, qué otras cosas compartís fuera del ámbito lúdico?
Menos las mujeres, todo (ríe). Con Manuel hablamos mucho, nos respetamos mucho y nos consultamos todo. Tenemos una confianza enorme. Con dos personas que no quiero ni entrenar ni jugar en contra es con Manuel y Agustín, porque son tan exigentes que no les podés ganar. Por más que seas mejor, no les ganás. Y creo que tienen algo fundamental para cualquier rubro, y en este caso en el rubro deportivo y es que si no tenés cabeza, por más que seas el más virtuoso, el más habilidoso, no triunfás. Los mejores deportistas del mundo tienen algo más que habilidad, garra y destreza. Y eso es la cabeza.

¿Es simbólico llevar el 10 en la espalda?
En el fútbol la llevó Maradona pero en el rubgy la llevó Hugo Porta, un referente nacional. A mí me encanta, pero yo soy jugador del seleccionado y por más que me guste jugar de 10, para mí el único 10 es Maradona.
¿Ahora que estás en pareja y sos padre, como imaginás un futuro reciente?
Si Dios quiere me recibo en mayo, y por la posibilidad del rubgy me quedaré unos años más, pero quiero terminar mi carrera deportiva en Newman. Además, quiero que mi hija se eduque en un colegio de mi país. Lo que yo aprendí en Argentina es lo que me llevó a mí a desarrollarme como persona. De profesionales y amateurs “en el rugby argentino volvió a surgir este problema del amateurismo y el profesionalismo" – afirma Contepomi- Lo hablaba con un dirigente que decía ‘la gente que juega profesionalmente al rugby lo mezclan con las luces, pero después ¿cómo se reinserta en la sociedad?’. Pero creo ese no es un problema del profesional. Son los primeros 20 años de tu vida y tu educación lo que te va a llevar a ser un buen profesional en el área que te toque. Formar parte de un seleccionado nacional y tener más exposición no quita que no tengas un compromiso con la sociedad y con tu persona para hacer lo correcto. Obviamente que cuando hacés algo mal, al ser una figura pública te encontrás más expuesto.

¿Cómo funciona en Los Pumas el mantener siempre la unión y que no se note esa brecha entre profesionales y amateurs?
Es que es un error de definición. Uno llama profesional al que cobra y amateur al que no. Pero podés no cobrar y ser super profesional. Hay gente en mi club que cobra y parece que esta haciendo un laburo de oficina. Va a entrenar sólo para cobrar el cheque a fin de mes. Porque para que juegue esa persona se tienen que lesionar quince. Si yo fuese esa persona, me voy. Si el entrenador no me tiene en cuenta, me voy. Pero como tiene un contrato de tres años y está cómodo, esa persona es profesional en definición pero en verdad es lo más amateur del mundo. Por ahí un chico de Newman (club de donde salió Felipe) entrena mucho más que yo, pero es la calidad del entrenamiento la que falla. Hay un error de estructura.

¿Esa carencia en la estructura no da ventajas cuando se juega a nivel internacional?
Yo tengo que entrenar y estudiar, y sin embargo lo puedo hacer. Pero tengo una estructura que lo soporta. Para mí, acá el rugby tiene que ser amateur, no se debe cobrar en los clubes para jugar. Pero si querés jugar contra las potencias a nivel internacional, tenés que tener la estructura para que acá también se pueda estudiar y entrenar. En Irlanda yo tengo mis horarios de hospital. Salgo y tengo sólo dos horas para entrenar, entonces me mato para ser el mejor jugador y aprovecho ese tiempo de la mejor manera posible. Además de tener una buena alimentación, trato de no sobreexigirme. Y para eso allá contamos con excelentes profesionales que están detrás de todo eso.


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