lunes, 22 de octubre de 2007

Los talentos ¿se van al cielo?




Voz en off: Matías /J: Jaime /I: Infarto

* Tema de Serrat “La mala racha” (mientras dura la mala racha, pierdo las llaves, los documentos, el tren y el rumbo tal como si tuviese al mundo en contra de mí)

* Truenos, lluvia torrencial

Voz en off: Y el terrible drama tiene lugar en algún edificio céntrico de Buenos Aires
La noche va pidiendo paso, el día fue uno más. Siempre los días son los mismos, lo que cambian son las circunstancias.
Sí, ahí en ese departamento que se ve casi fuera de foco, vive Jaime.
Jaime es un escritor cincuentón que pasa por una crisis creativa. Los editores rechazaron en cantidad de oportunidades su último proyecto por considerarlo añejo, perverso y falto de creatividad.
Está ahí en su silla frente a su Olivetti cuando de pronto escucha un ruido en la ventana de su décimo piso

* 9na de Beethoven

(ruido externo)
Jaime: ¿qué es eso, qué mierda es eso?

* Ve una figura que se está trepando hacia su ventana
Jaime cae del susto para atrás, una figura gigante de máscara roja entra a su departamento por la ventana. La figura queda cara a cara con el escritor y entablan un confuso diálogo

Infarto: Ay la que me parió, casi me fisuro una costilla

J: Eps ¿Quién sos?

I: El infarto ¿no tenés un tecito? porque no te quiero pedir una cerveza ya que tengo que seguir trabajando y la resaca es complicada

J: ¿Quién sos?

I: El infarto, ¿o acaso teniendo ascensor de lujo y escalera de emergencia no te parece creativo que haya subido por el conducto de gas?

J: Basta de payasadas ¿Quién sos?

I: Esta bien que por ponerle dramatismo casi me hago chota pero no me vas a decir que no te sorprendí

J: ¿Quién sos?

I: Uy basta, pareces Majul haciendo siempre la misma pregunta ¿Quién sos, quien sos, quien sos?

J: Perdón, pero estoy en mi casa y de golpe entra un no sé qué vestido de capucha negra y máscara roja diciendo que es el infarto. ¿Cuál es el propósito?

I: ¿Y de qué querés que me vista, de Pinocho? El infarto tiene este color, no puedo inventar otro

J: Vaya, creo que anoche me excedí de cervezas o tomé algún hipnótico. ¿Y cuál es el propósito de tu visita?

I: El propósito es obvio. ¿Te pensás que voy a venir desde la loma del quinoto sólo para visitarte? Eso dejalo para los médicos, ellos son la teoría, yo soy la acción. Así que si querés date un baño y nos vamos

J: ¿Nos vamos, de qué hablás?

I: Bastante boludo sos por ser escritor. “___ey McFly soy el infarto___” . A dónde crees que te voy a llevar ¿a Alemania a ver el Mundial? Hablando de eso, mañana tengo vuelo a las 9 de la mañana, tengo que ir a buscar a 4 personas

J: ¿Les vino un infarto por el partido de Argentina-México?

I: No, nada que ver. Se fueron en un tour a través de PAMI y mañana van a conocer la zona roja. Ya ves, pobres, no van a llegar ni a elegir sus presas

J: Volviendo a mi preocupación, yo ¿por qué me tengo que ir con vos?

I: Porque hay que darle espacio a los jóvenes

J: ¿Y quién te mandó a vos?

I: El mercado

J: ¿El mercado? ¿Qué mercado?

I: Sí querido, el mercado. Qué te pensás, que es el mercado central o ¿de frutos? No, el mercado, la competencia de mercado. Y el mercado sabe que vos ya no le servís. Además sos muy narigón

J: No, pará. Dejame terminar mi libro, al menos que sea una obra póstuma

I: No, no, ya se vencieron los plazos. Sabés qué pasa, ahora el mercado apunta a las clases jóvenes. No importa el talento ya, importa el impacto. Hoy dos melodías y tres acordes venden más que la Polonesa de Chopín y cualquier papanata tira pintura sobre un lienzo y se siente el creador de una corriente nueva

J: Pero todavía puedo crear, es sólo una crisis pasajera. Son crisis normales en los artistas.

I: ¡Nooooo!, no, esa es la diferencia; los jóvenes no tienen crisis pasajeras. Crean más de lo que se masturban
¿A quién le importa si Dotosievsky era un genio, si Paulo Cohelo vende más libros?

J: No me importa vender, me importa ser un buen escritor

I: No te calentés, la gente lee más Paparazzi que El péndulo de Foucault. Y basta, no me hagas gastar saliva, no te puedo explicar cómo funciona el mundo de hoy. Escribiste muchos libros sobre eso hace algunos años

J: Te pido un favor, dame un día solamente y mañana me voy con vos. En un día y sabiendo que es el último de mi vida, voy a terminar mi libro

I: Para favores existen los bancos

J: No seas así, podemos lograrlo y juro que te nombro en los agradecimientos

I: Yo trabajo para el mercado, no para los talentosos. No la hagas difícil. No podés vencerme. Y si me haces enojar te juro que te hago gastar la poca guita que te queda en By Pass

J: Esta bien, me rindo, pero con la condición de que no sufra

I: ¿Sufrir? No, no, los que sufren son los que se quedan. Mirá, sería mejor si te tiraras del décimo piso. Aunque sea mañana sos tapa de Crónica, pero bueno, yo no te puedo dar esa opción, pero como no quiero ser tan tan malo, decime cómo lo preferís. ¿querés acostarte o preferís parado?

J. Mmm, acostado, no quiero caer al piso y lucir un chichón dentro del féretro. Sería muy traumático para quienes me vean

I. Como quieras, acostate nomás

J. ¡Para, para!

I. ¿Qué pasa ahora?

J. No, no, nada. Estaba pensando en que no voy a tener que pagar más el alquiler de este tugurio

I. ¿Y a quién le importa eso?

J. Es cierto, ni al propietario. ¿Sabés a dónde me van a mandar?

I. Sí, al velatorio, pero no te calentés que sólo te va a visitar la del décimo F

J. No, no. Me refiero a si me van a mandar al cielo o al infierno

I. Ah, ni idea, no corresponde a mi jurisdicción eso. Ya con la muerte no me meto. Igual es más divertido el infierno. Ahí vas a convivir con los evangelistas, los conductores de los programas de chimentos y los sindicalistas

J. ¿Y en el cielo?

I. Con las vírgenes nada más

X. Qué delicia, subime rápido que me urge debatir algunas cosas con la muerte

* Beatles “Strawberry Feels”


Y el infarto entró en su cuerpo y acabó con un talento más, luego bajó por el ascensor y preparó sus valijas, ya que al otro día partía rumbo a Alemania.El escritor peleó verbalmente durante muchas horas con la muerte, aún se desconoce su paradero.
Inspirado en una obra de W. Allen. Escrito y grabado por Matías Baretta.
Fotos de archivo extraídas de internet (google imágenes)

No hay comentarios: